Para muchas personas, las
actividades culinarias pueden ser un poco aburridas o no ser de su agrado; sin
embargo para los adultos mayores suele ser de gran importancia y puede
destacarse como un medio terapéutico para lidiar con la depresión, la ansiedad,
pérdida de memoria, problemas de motricidad fina; hasta para apoyar procesos de
duelo e independencia en sus actividades diarias.
Suele convertirse entonces en una
fuente de distracción, salud y adecuado pasatiempo para el adulto mayor que lo
puede realizar con apoyo de su familia o de su grupo de pares, hasta solo (dependiendo
de sus capacidades actuales). Muchos adultos mayores, suelen perder el apetito
a causa de los medicamentos que toman y otros factores; sin embargo, adentrarse
en la cocina y preparar platos de su agrado con ingredientes que disfrutan
suele apoyar el proceso de una alimentación balanceada. Incluso se pueden
incluir alimentos que antes no eran muy apetitosos para él.
Cuando una persona ha perdido el
apetito; que por cierto suele ser muy común en los adultos mayores; una forma
de recuperarlo sería unir la necesidad de alimentarse a la noción de placer y
esto se puede lograr al preparar el mismo los alimentos; con recetas novedosas,
atractivas para sus sentidos y que realmente disfruten.
Las recetas de cocina estimulan
la imaginación, memoria y concentración, ayudan con la motricidad fina lo cual
apoya su proceso de independencia por más tiempo en sus actividades cotidianas;
además preparar los alimentos y compartirlos con las demás personas ya sean de
su familia o grupo de amigos les genera sentimientos de utilidad, que aun son capaces de hacer las
cosas por sí mismos y de ser reconocido por su habilidades.
Las actividades culinarias en
adultos mayores son excelentes pues ayudan a estimular los sentidos y
comunicarse con otras personas a través del repartir roles para la ejecución de
las tareas; al mismo tiempo fomenta la creatividad y memoria lo cual suele ser
muy divertido pues comienzan a recordar anécdotas de su juventud o incluso
recetas de cocina que hacían para sus hijos, o las trasmitidas por herencia
familiar.
Así que teniendo en cuenta lo
anteriormente comentado, el involucrar al adulto mayor en las tareas culinarias
suele ser una muy buena terapia; aunque debemos evaluar antes sus habilidades
actuales en cuanto al manejo de ciertos utensilios de cocina que se utilizan
para las preparaciones; si es una persona muy mayor o que ya no tiene buen
manejo de su motricidad fina, hay que estar pendientes y apoyar su tarea para
prevenir accidentes; también hay que cuidar las proporciones de los alimentos,
si el abuelito maneja una dieta especial y si aun cuenta con buena memoria para
saber si ya condimento una preparación o no.
Con todos los cuidados necesarios y siempre cuidando su salud y seguridad; las actividades culinarias sin duda van a enriquecer su vida diaria y a aporta múltiples beneficios para su salud mental y física.
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