Cada niño es único, es un
universo incomparable de cualidades, defectos, habilidades y aptitudes. Sin
embargo la gran mayoría de los padres tienden a comprar a sus hijos con los
compañeritos del colegio, con los amigos del parque y a los hermanos entre sí;
olvidando las consecuencias psicológicas de hacerlo. Erróneamente se piensa que
al comparar a los niños entre si los podemos motivar para que tomen como modelo
a su compañero o hermano y que adquiera los “comportamientos deseados” de este
niño o las habilidades que posee; creyendo que es admirable o que sus actitudes
pueden ser beneficiosas para nuestro hijo.
Por otro lado estamos proyectando como queremos que sea nuestro hijo
pues consideramos positiva esa cualidad o conducta que comparamos.
Sin dejar que se expresen las
características propias de la personalidad de cada niño y que hagamos lo que
hagamos van a salir a relucir el resto de su vida pues forman parte de él. Ahora
bien, las consecuencias psicológicas de comprar los entre ellos son muchas, pero veamos las
más significativas:
1. Creamos
y favorecemos la envidia entre los niños: Los niños perciben esa
comparación como que el amor que le tienen sus padres está fundamentado en esas
características que desean que tengan. Esto crea envidia y celos entre hermanos
que pueden generar otras problemáticas mas adelante.
2. Dañamos
la autoestima de los niños: Al compararlos les estamos diciendo que sus
cualidades o características de personalidad no son buenas para nosotros o que
no las valoramos. Esto puede hacer que los niños se sientan inseguros,
inútiles, menos queridos; dificultando que se desarrolle una autoestima
saludable.
3. Creamos
rivalidad con otros niños: En la comparación con otros niños al igual
que con los hermanos dinamitamos la relación del niño con aquel con el que se
compara y que ven como rival sintiendo que ese otro niño es mas aceptado por
sus padres.
Como vemos las
comparaciones son odiosas y generan daños psicológicos en nuestros pequeños. La
manera más útil de ayudar al niño a
adquirir cualidades o conductas positivas sin comparar es reforzar las conductas positivas que deseamos cuando estas aparezcan;
todos los niños tienen incalculables cualidades y conductas positivas,
seguro es más gracioso, más tierno, mas organizado o más listo que otros niños.
Como padres que conocemos a nuestros hijos podemos evaluar que tipo de
cualidades poseen para resaltarlas y empoderarlas. Lo más importante es siempre
dar a entender al niño que lo amamos y aceptamos tal cual es, con todas sus
cualidades y sus aspectos para mejorar y que estos últimos no condicionan el
amor que sentimos por ellos. De este modo los ayudamos a aceptar esas
limitaciones o aspectos de mejora y los hacemos sentir mejor con ellos mismos.
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