lunes, 16 de enero de 2017

CUIDADOS NUTRICIONALES EN EL ADULTO MAYOR


Una nutrición adecuada; sana y equilibrada es la clave para un envejecimiento saludable y para conservar la calidad de vida en la tercera edad. Para los adultos mayores la nutrición es un factor primordial pues dependiendo si se hace adecuadamente o no repercute directamente  en la salud física y emocional.

Entre muchos de los cambios físicos que ocurren en esta etapa; las papilas gustativas van desapareciendo poco a poco lo que disminuye la capacidad de saborear los alimentos. Esto influye en la preferencia de ciertos alimentos pudiendo aumentar el consumo de alimentos dulces o salados y por ende llevar a una dieta poco equilibrada. La sensación del gusto por los alimentos disminuye provocando que sean escazas las ganas de comer.

Algunos problemas asociados al envejecimiento condicionan la  selección de  los alimentos y por ende disminuyen el consumo de frutas y vegetales los cuales contienen una alta fuente de fibra natural.  Estas condiciones son las siguientes: aparición de enfermedades crónicas y degenerativas, perdidas dentarias, perdida de la capacidad gustativa, baja actividad física, disminución de la estatura, pérdida de masa muscular, intolerancia a ciertos alimentos.

Otro cambio importante es la disminución en la actividad gastrointestinal y el aumento en el tiempo de tránsito intestinal, que se acompañan de una sensación permanente de saciedad siendo el estreñimiento un problema frecuente en el adulto mayor lo que se asocia a una mala nutrición.

La disminución de la actividad física también está asociada a la disminución del apetito; en este caso se recomienda aumentar el ejercicio físico de bajo impacto como caminar, yoga, pilates, baile, según su vitalidad y capacidad.

Algunos medicamentos también pueden influir en la absorción o eliminación de los nutrientes que se consumen en su dieta habitual, por ello es recomendable hacer una dieta adecuada con un profesional de la salud.

Algunas indicaciones para mejorar la calidad de vida del adulto mayor desde la parte nutricional son:
1. Establecer horarios en las comidas y fraccionar las porciones alimenticias para que exista una mayor tolerancia al alimento.
2. Informar al médico tratante o al nutricionista si el adulto mayor presenta algún tipo de enfermedad crónica que pueda estar afectando la ingesta de alimentos.
3. Informar si existen preferencias a ciertos alimentos, intolerancias alimentarias o alergias.


Estos sencillos consejos ayudaran a cuidadores y familiares para estar más pendientes de la nutrición del abuelo con el fin de que tenga acceso a una dieta balanceada acorde a sus necesidades, preferencias, patologías y entorno en que vive; traduciéndose esto en un adulto mayor más feliz, con mayor vitalidad y funcionalidad por más tiempo.  (Tomado de Enciclopedia del envejecimiento; España, 2015)

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