La
proliferación sobre denuncias de abuso sexual y maltrato infantil ha abierto
espacios para confrontar el tema de una manera más contundente. En la búsqueda
de respuestas rápidas y efectivas, el cuerpo y la conducta misma de los niños
se convierten en verdaderos aliados para aclarar dudas al respecto, sobre todo
en situaciones donde los menores no logran verbalizar lo ocurrido. Es allí
donde la escuela, la familia y la sociedad deben unirse para generar soluciones
integrales y disminuir las tasas de menores abusados haciendo niños más sanos y
felices.
La
familia se convierte entonces en el principal ente para identificar ciertas
anomalías que presentan los infantes. Pero; que se considera exactamente abuso
sexual infantil?” Se considera abuso sexual a toda actividad que sea llevada a
cabo por un adulto y que tenga connotaciones sexuales. Ocurre sin el
consentimiento del menor y en condiciones de desigualdad entre el abusador y la
víctima, como consecuencia de algún tipo de coerción por lo que conlleva a un acto
de poder sobre un niño por placer del adulto.” Por lo general esas actitudes
reúnen manifestaciones diversas ya que un abuso no necesariamente implica
hablar de contacto físico. Algunos
factores que debemos tener en cuenta y son signos de alarma son los siguientes:
1. Verbaliza
que fue abusado y espera que se le crea para ser protegido.
2. Habla
de partes sexuales o de actos sexuales aun sin comprender el contenido de lo
que dice o es inadecuado para su edad.
3. Se
encierra en sí mismo, tiene conductas regresivas (enuresis) o se vuelve
temeroso a alguna situación en particular.
4. Demuestra
angustia sin aparente motivo, cansancio o apatía permanente, conductas
agresivas permanentes, evitación exagerada al contacto (aislamiento.)
5. Pesadillas
6. No
habla (mudez selectiva)
7. No
mira a la cara de las personas o habla mal de casi todo el mundo.
8. Si
logra verbalizarlo tiende a proteger al agresor o minimiza sus actos; la
mayoría de las veces porque está amenazado o persuadido por el mismo agresor
Cabe
destacar que la presencia de algunos o todos estos signos no necesariamente
significa la existencia de abuso sexual; evaluar en conjunto toda la situación
del niño puede ayudar al correcto diagnostico y tratamiento del problema.
Pero
que debemos hacer ante un posible caso de abuso?
Frente
a los indicadores ya sean físicos o psicológicos, el primer paso es conservar
la calma y actuar con prudencia, responsabilidad, discreción y sentido común. Y
dependiendo del tipo de abuso definir su tratamiento minimizando al máximo el
daño psicológico del niño.
A
modo de prevención de actos indebidos con los niños se recomienda a los padres
de familia la instalación de cámaras de seguridad en casa cuando los niños son
dejados al cuidado de terceros, reforzar la seguridad en las instalaciones
educativas ejerciendo un mayor control de lo que sucede con los niños dentro de
las instituciones educativas, personas con quienes hablan, etc.
Educar a los
niños desde casa (padres de familia y cuidadores) sobre caricias positivas y
negativas para que sepan diferenciarlas correctamente, al mismo tiempo dar la
confianza suficiente para que hable abiertamente de diferentes temas y exprese
sus dudas e inquietudes.
Es deber de todos ayudar a
disminuir la tasa de abuso sexual infantil en nuestra sociedad, el trabajo
desde casa es muy importante y destacado pues es la principal fuente de
prevención de este tipo de conductas inapropiadas. Dar mucho amor, confianza,
cariño y educación es deber de los padres y se debe reforzar desde la escuela;
ya que esta demostrado que la mayoría de los niños que son abusados sexualmente
se encuentran en hogares disfuncionales donde hay maltrato no solo hacia el
niño sino entre la pareja, padres descuidados y ausentes, entornos inseguros y
malas compañías.
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