En
general, las personas mayores de 60 años con
trastorno de lateralidad que acuden a terapia por primera
vez son personas con una buena autonomía desde el punto de vista locomotor; no
obstante, suelen presentar problemas de equilibrio: aunque durante
algunas épocas pueden caminar sin ayuda, en otras necesitan agarrarse a un
bastón o a un acompañante, andan con lentitud, de manera inestable, sufren
vértigos y tienen tendencia a desviarse hacia un lado cuando caminan por la
calle; es decir, su movilidad no es segura, lo cual repercute en su bienestar
emocional y mental.
Otra
cuestión que les inquieta mucho es si sus problemas de memoria y concentración
son síntomas de la enfermedad de Alzheimer, ya que ignoran que estas
dificultades son síntomas propios del trastorno de lateralidad; al igual que la desorientación, que les
provoca que, de repente, por ejemplo, no sepan en qué barrio están o que sean
incapaces de encontrar su auto.
Sus relaciones de
pareja y sociales también se han visto afectadas por el trastorno de lateralidad:
en muchas ocasiones sus parejas les
reprochan sus continuos errores, que no las entienden cuando hablan, que no
siguen las conversaciones o que se quedan en blanco cuando están en un grupo,
que se sientan perdidos en los lugares donde hay mucha gente, etc. Estas
situaciones, al reiterarse durante años, terminan afectando el autoestima de la persona que la padece: creen
que nadie les aguanta, que son una carga para la familia y se sienten
continuamente examinadas porque creen que los demás se percatan de sus
dificultades; lo que les genera mucha ansiedad, irritabilidad y, en ocasiones,
una actitud de sumisión que, a su vez, les despierta ira y enojo que en
ocasiones no saben expresar.
Hay
que tener en cuenta que, cuando se trata de mujeres, en la mayoría de los casos
han dedicado su vida a ocuparse de la familia, y que casi todos ellos son
personas que han tenido una actividad laboral, por lo que a este cuadro hay que
sumar la ansiedad provocada por la jubilación.
Asimismo,
la mayoría de ellas han tenido una vida muy plena, practicando actividades y
deportes que ahora no pueden realizar porque les tiemblan las manos o los pies
y se han acentuado los problemas de coordinación espaciotemporal.
Por
todos estos motivos —y porque sufren de insomnio, porque no pueden hacer nada
que requiera precisión manual, porque hay una pérdida de audición y visión, y porque
se cansan con excesiva facilidad debido al desgaste de energía que les supone
compensar sus problemas de equilibrio.
TERAPIA PARA TRABAJAR LOS PROBLEMAS DE
LATERALIDAD EN PERSONAS MAYORES
El tratamiento de estos pacientes se centra, sobre todo, en
la parte motriz (coordinación, motricidad facial, vocalización, respiración,
relajación, etc.) y verbal. Si bien todos los pacientes con trastorno de
lateralidad necesitan que en terapia, además de trabajar los aspectos
psicomotores, haya un espacio para poder verbalizar sus experiencias y
emociones, en estas personas la necesidad es muy notoria. Como se ha mencionado anteriormente, se trata de hombres
y mujeres que han tenido una vida muy rica en muchos aspectos y que ahora
sufren enormemente porque ven que su pérdida motriz la está empobreciendo
(muchos de ellos han pasado por más de una depresión).
Además, hay que señalar que como su bienestar emocional está
muy afectado, tienen tendencia a somatizar, lo que les ha llevado a intentar
encontrar respuestas a sus dolencias en todo tipo de especialistas y medicinas
“naturales”, por lo que llegan a la terapia con un gran agotamiento también en
este sentido. Es frecuente que manifiesten que sienten la cabeza pesada y que
se dejen llevar por las dificultades que se les presentan en su día a día
(ataques de pánico y angustia), además de ser hipersensibles, extremadamente
susceptibles y sentirse muy solos.
Por tanto, son pacientes que necesitan mucha escucha,
contacto y protección. Al igual que las personas con trastorno de lateralidad
de menos edad, estos pacientes responden muy bien al tratamiento, logrando una
recuperación cercana al 100 % y sin experimentar regresiones posteriores.
Algunos problemas de lateralidad que se pueden tratar en
terapia y funcionan bien son los siguientes:
1.
Problemas de memoria
2.
Problemas de
orientación espacial y temporalidad
3.
Problemas de
equilibrio
4.
Alteraciones en el
esquema corporal
5.
Lateralización
marcada
Estos son algunos de los aspectos sobre los cuales la terapia
funciona de manera adecuada; asociado al amor de la familia, paciencia y un
estilo de vida saludable puede ayudan a
brindar una mejor calidad de vida en la vejez.
Articulo elaborado por Luis Elias
Llorens- Licenciado en psicología- terapeuta en lateralidad