miércoles, 14 de marzo de 2018

CAUSAS Y SEÑALES DEL RETRASO EN EL DESARROLLO PSICOMOTOR EN BEBES Y NIÑOS



El retraso psicomotor es uno de los motivos de consulta más frecuentes en las consultas de neuropediatría. Muchos padres acuden a los expertos en pediatría y psicomotricidad preguntando si sus niños sufren algún tipo de retraso en el desarrollo, al observar que se comportan de una forma inusual a pesar de la edad. Pero, ¿qué significa realmente este retraso psicomotor?
Si el  niño tiene la edad suficiente para caminar y aún no lo hace, no consigue aguantar con fuerza y precisión ningún objeto, o se suele mostrar retraído ante las personas que se le acercan, podría sufrir un retraso psicomotor. No obstante, es importante no alarmarse, puesto que sufrir alguno de estos síntomas no significa que el niño no pueda llegar a adquirir estas habilidades, sino que, seguramente, aprende a desarrollarlas más lentamente. En la gran mayoría de casos en los que los padres acuden a las consultas, se trata más de una actitud aprensiva por parte del niño.
Sonreír ante la mirada de los demás, caminar, hablar reírse a carcajadas se consideran acontecimientos fundamentales para el desarrollo de los niños, aunque cada uno de éstos  sucede de forma diferente para cada edad. La habilidad de caminar, por ejemplo, suele adquirirse a partir del año, aunque muchos niños aprenden a hacerlo varios meses antes o varios meses después, sin llegar a convertirse en una patología. Existen algunos exámenes ordenados por el pediatra que pueden ayudar a detectar de forma precoz alguna anomalía; sin embargo es importante que los padres, cuidadores y demás personas que estén al cuidado del niño sepan cuál puede ser la causa, cuáles son los síntomas y qué deben hacer en el caso de que los niños presenten algún tipo de comportamiento relacionado con el retraso psicomotor.
¿Cuál puede ser la causa del retraso psicomotor?
A día de hoy, aún no se conocen con certeza y exactitud los factores que causan el retraso psicomotor. No obstante, según los expertos, puede surgir debido un problema genético o un problema adquirido.

  • Cuando se trata de un problema genético, existen muchos errores congénitos de metabolismo que pueden dar como resultado  una afectación motora o cognitiva, aunque también puede darse el caso de que se deba a una alteración genética.
  • Si se trata, en cambio, de un problema adquirido, podría deberse a una infección interna, traumatismos o problemas vasculares, y podría ser que se hayan originado antes, durante o después del parto.
  • Si a los seis meses el bebé se muestra un tanto irritable, utiliza solo una mano para jugar, muestra poco interés por el entorno o se sobresalta con frecuencia ante los ruidos.
  • Si al año no se desplaza solo a ningún lado (o a menos de dos metros), babea durante gran parte del día y se lleva a la boca todo tipo de objetos.
  • Si a los dos años es muy hiperactivo y no consigue concentrarse en actividades adecuadas a su edad, o si es incapaz de involucrarse en juegos porque no los entiende.

Aunque, en la mayoría de los casos, no se pueda prevenir ni evitar, detectar tempranamente el retraso en el desarrollo psicomotor puede mejorar la calidad de vida del niño afectado, ya que la estimulación en los primeros años de vida es fundamental.
¿Cuáles son las señales del retraso psicomotor?
Se sospecha que hay un retraso psicomotor cuando los niños no desarrollan las destrezas dentro del período de tiempo adecuado, o si lo hacen con muchas dificultades. No hay que confundir el retraso psicomotor con la tardanza normal del desarrollo de las habilidades para jugar, comunicarse o solucionar problemas.
Si bien, en algunos casos, solo afecta a un área, como podría ser el lenguaje, caminar o las habilidades sociales, los padres deberán estar atentos a los detalles que se indican a continuación para detectar un posible retraso psicomotor en el niño:
Otras señales de alerta pueden ser las siguientes:
1. Si no parece responder a los sonidos fuertes desde el nacimiento.
2. Si a partir del primer mes de edad nota que el bebé está más tranquilo o soñoliento de la cuenta.
3. Si a partir de los dos meses no muestra receptividad al tacto y no se inmuta cuando escucha la voz de las personas que lo rodean.
4. Si a partir de los tres meses no sigue con la mirada los objetos que se mueven delante de él.
5. Si a los tres meses no agarra y sujeta objetos. No sostiene la cabeza ni sonríe. No balbucea sílabas.
6. Si a los cuatro meses no se lleva objetos a la boca. No intenta imitar algún sonido ni presta atención a las caras nuevas.
7. Si a los cinco meses no muestra interés por sus manitas, ya que a partir de esta edad los bebés suelen mantener su mano delante de sus ojos para mirarla.
8. Si a partir de los seis meses hace movimientos extraños o muecas incontroladas.
9. Si a los ocho meses, puesto en pie con ayuda, no puede sostener su peso y quedar en posición erecta.
10. Si a los nueve meses el niño no se mantiene sentado, gatea o se tiene en pie.
11. Si a los diez meses el niño mueve de forma descoordinada los brazos y los pies y presenta un juego monótono o estereotipado

En cualquier caso que los niños presenten  alguna de estas señales, es importante contactar con especialistas para que realicen un diagnóstico adecuado y, en caso de que realmente lo padezca, iniciar un tratamiento adecuado de inmediato.

Articulo tomado del sitio web Mi bebe y yo.

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