Gracias a los avances de la medicina y a la promoción de la
salud mental, las personas mayores han ganado en calidad de vida y longevidad. Por ello, cada vez se están
poniendo más esfuerzos en garantizar una vida enérgica, equilibrada y
saludable para las personas mayores. Cuidar el bienestar emocional será uno de los pilares de una
vida adulta saludable.
La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y
social. En la vejez en particular, los
estados emocionales se convierten en el motivo más importante para mantener la
satisfacción con la vida. Ser mayor supone tener una perspectiva de la vida plena: la
perspectiva que aporta la riqueza de la
experiencia.
¿Qué es el bienestar emocional?
Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS), el bienestar emocional es un “estado de ánimo en el cual
la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones
normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de
hacer una contribución a la comunidad”. En una visión más amplia, en
este artículo se hablara de bienestar
emocional en relación a la capacidad de adaptación a los cambios, la
flexibilidad para aprender cosas nuevas, así como tener sentido del humor,
conjuntamente con un estilo de vida saludable y activo.
¿Qué se puede hacer para mejorar el bienestar emocional en los
adultos mayores?
Los elementos que conforman el equilibrio emocional en las
personas mayores, incluyen la importancia de disponer de objetivos que
aporten significado a la existencia y una relación de correspondencia con el
entorno social y con los demás.
Para lograr el bienestar emocional deseado en la Tercera Edad es
elemental llevar un estilo de vida activo, el cual implica mucho más que realizar
actividad física o realizar las tareas del hogar. Incluye también participar en
la sociedad, ya sea en las relaciones con otras personas, en los eventos sociales
y culturales de la comunidad, en la práctica religiosa o espiritual, o en otros
temas del interés para el adulto mayor.
Este momento del ciclo puede convertirse en una oportunidad para
hacer todas aquellas cosas arrinconadas por el trabajo en años anteriores: la
atención a los hijos o el cuidado de familiares, entre otros. Envejecer activamente implica
participar y encontrar un significado a la vida en general y a las cosas que se hacen en ella. En esta etapa de la vida
hay muchos aspectos positivos, como la serenidad de juicio, la madurez y la
experiencia. Sin embargo, desde el fin de la madurez, el individuo vive un periodo que en
muchos casos está ligado al sentimiento de pérdida: pérdidas de seres queridos,
pérdida de capacidades mentales y físicas, pérdida de responsabilidades o de
relevancia para los demás. Asimismo ha de enfrentarse a cambios psicosociales
importantes ligados a la jubilación, la cual requiere ajustes económicos y sociales. Por tanto, más
que nunca se necesitará una actitud optimista y activa ante la vida que emane desde el
interior.
La importancia de la
actitud. Planteamiento de objetivos y relaciones sociales.
Las personas mayores tienen el difícil papel de ser ellas mismas
las responsables
de adoptar una actitud positiva, dar un significado positivo a la vida y
convivir con las dificultades propias de la edad. Mantener un contacto vital
con el mundo que lo rodea será el primer paso para encontrar una actitud
positiva y llena de significado. Es importante no dejarse abandonar, entrar en
contacto con familiares y amigos, querer estar al tanto de las noticias y de la
actualidad, saber sobre los planes de los nietos, con quienes salen y cuáles
son sus aficiones. Cuanto más contacto tenga el adulto mayor con la realidad
que lo envuelve, más fácil te será encontrar esas razones para vivir.
Un segundo paso para dar significado a la vida es el propósito de retos y metas. Metas que no tienen que ser
grandes hazañas, pero sí objetivos que estimulen y hagan la rutina más
agradable: tener unos horarios regulares para las actividades cotidianas, salir
a dar un paseo todos los días, relacionarse con los amigos y vecinos, comer con
la familia, hacer algunas gestiones o asumir ciertas responsabilidades,
adquirir una mascota. La vida presenta grandes oportunidades en cualquier momento, pero en las personas mayores es verdaderamente positivo
establecer y mantener relaciones sociales, situadas en el contexto de la
participación, la seguridad personal y
la salud.
Hay que tener presente que la soledad es uno de
los grandes enemigos del bienestar. Las dificultades asociadas a la vida de los
mayores hace que sea frecuente encontrar personas que pasan gran parte del día
solas. En este sentido, las relaciones en el seno de la familia
son muy importantes, ya que implican a las personas mayores como cuidadoras y
como cuidadas. También
en este sentido será importante que las personas mayores tomen
un papel activo en la familia. Hacerse
responsable de las relaciones sociales de cada uno será una actividad
primordial en la agenda del diario vivir de los mayores.
¿Qué importancia tiene
la actividad mental?
Otro aspecto fundamental para las personas mayores es el de
mantener una actividad mental frecuente. Son muchas las personas que después de
la jubilación dejan por completo de realizar actividades que impliquen la
activación mental: concentración, memoria, capacidad de cálculo, entre otros.
Sin embargo, está demostrado que la inactividad mental contribuye claramente al
deterioro de la mente en personas mayores. Por este motivo será
fundamental que se reserve parte del día a las actividades que requieran alguna
actividad mental: jugar a las cartas, aprender alguna poesía o hacer
cuentas de los gastos diarios. La memoria suele sufrir grandes
variaciones con la edad, siendo la memoria a corto plazo la que más se afecta. Es común que las personas
mayores recuerden con mayor nitidez algunas escenas de hace varios años que lo
que hicieron ayer.
Las relaciones sociales diarias ayudarán a
mantener la memoria a corto plazo, porque
obligarán a estar en contacto con el presente. En la sociedad existe una
actitud negativa ante la actividad sexual durante esta edad, que unida a la
disminución de la autoestima puede dar lugar al aislamiento en relación a la
vida sexual. Por el contrario, pese a las dificultades de interacción que
pueden existir o no, la práctica de la sexualidad sí es fisiológicamente
posible y enriquecedora emocional y afectivamente. Existen muchos factores que
influyen en la actividad sexual de las personas mayores, como una razonable
buena salud, interés por lo sexual y el estado emocional y afectivo de la
pareja. Generalmente la forma de interacción sexual varía, dándose mayor
importancia a aspectos cómo ternura, intimidad corporal, afectividad y
comunicación, a la vez que se relativizan los contactos meramente físicos. Las
conductas de carácter sexual en personas mayores suelen ser un buen indicativo
del buen estado emocional de la persona.
¿Cómo se puede mantener
el bienestar emocional en la Tercera Edad?
Para conservar la salud emocional, hay que tomar un papel activo
en las decisiones que afectan a sí mismo. Es importante, como en cualquier
edad, que la
felicidad dependa de las ganas de vivir y saber encontrar el significado a la vida así como ser partícipe
de un entorno en donde se encuentre rodeado de los demás. Es favorecedor tomar
decisiones, decidir cómo se quiere vivir, cómo disfrutar del tiempo de ocio y
también cómo participar en las decisiones que afectan a la salud. Cada decisión
tendrá unas consecuencias que influirán en la realidad, cambiando el curso de
las cosas y del entorno. La vejez no debe verse como una etapa final, sino como
una etapa de maduración del ser humano.
Autor: Sandra García Castañeda, Psicóloga clínica
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