miércoles, 31 de enero de 2018

PAUTAS PARA EDUCAR CON DISCIPLINA POSITIVA A LOS NIÑOS


Tradicionalmente en la educación de los niños  se ha empleado la disciplina punitiva, basada en el castigo, la cual provoca efectos negativos (resentimiento, venganza, rebelión y reducción de la autoestima). En contraposición a ésta se ofrece la disciplina positiva, basada en el respeto que propone implicar al niño/a fomentando su autocontrol y autoestima, haciendo de ellos personas responsables y respetuosas.
Para educar a los niños y niñas se hace necesaria la disciplina. Los pequeños necesitan saber lo que pueden y no pueden hacer. Aprender que son responsables de sus actos y que toda acción tiene por lo tanto una consecuencia. La disciplina les ayuda a aprender las formas adecuadas de comportarse y actuar. En los primeros años, la existencia de disciplina y normas les aportará seguridad, ya que tendrán una guía para saber cómo actuar.
Pero no se debe entender la disciplina como una imposición de normas, reglas y formas de actuar. La disciplina ha de ser un medio para el desarrollo sano y feliz de los pequeños, un camino para enseñarles a ser autónomos y responsables, que no perjudique su autoestima y no provoque reacciones negativas. La disciplina positiva se basa en el respeto y tiene como objetivo favorecer la maduración de los niños y niñas, para que sean adultos responsables, autónomos y felices.
Bases de la Disciplina Positiva
·         Respeto.
·         Colaboración.
·         Responsabilidad y Autonomía.
·         Cariño y comprensión.
·         Comprensión de las normas por parte del niño.
·         Implicación de los niños y niñas.
·         Libertad de actuación.
·         Desarrollo sano y feliz.

Beneficios de Educar con una Disciplina Positiva

El objetivo de la disciplina positiva es que los niños y niñas entiendan y compartan el sentido de las normas. Que sean responsables para entender que sus actos tienen consecuencias y que actúen con libertad en función de estos conocimientos.
Si es usado otro tipo de disciplina punitiva, el pequeño actuará de la forma adecuada guiado por el miedo en lugar de llegar a la comprensión  del porqué debe actuar así. Si no se logra  que el niño o niña comprenda, cuando se elimine el factor que teme, actuará según le plazca, porque no entenderá que es el responsable de sus actos, no entenderá las normas y no sabrá analizar y valorar las consecuencias.

10 Pautas para Educar con Disciplina Positiva
1.      Entender al niño. Ponerse en su lugar, identificar las creencias y sentimientos que están detrás del comportamiento, entender las razones por las cuales los niños/as hacen lo que hacen, y trabajar para cambiar esas creencias en lugar de tratar de cambiar simplemente el comportamiento.
2.     Ayudarle a pensar, razonar y decidir su comportamiento de forma racional, no solo emocional.
3.     Actuar como ejemplo para el niño/a. Los pequeños aprenden mucho más de lo que ven que de lo que escuchan.
4.   Establecer los objetivos de conducta que se desea conseguir, involucrando al niño/a, y elaborar un plan consensuado para conseguirlo.
5.      Mostrar firmeza en las  decisiones, límites y normas pero con amabilidad y con cariño.
6.  Dialogar con el niño/a, permitiéndole explorar las consecuencias de sus decisiones, utilizando de esta forma el error como fuente de aprendizaje (mediante preguntas y reflexión, en lugar de castigos para que paguen por su error).
7.  Enfocarse en las soluciones, y no solo en el problema, haciendo al niño/a participe en las mismas.
8.      Ayudar a desarrollar su autonomía, que sea una persona capaz de decidir.
9.    Criticar la acción y no a la persona. Se debe prestar atención a la autoestima de los pequeños  ser muy cuidadosos con las palabras con las que se corrige.
10. Utilizar el castigo solo si es necesario, pero siempre desde el respeto y sin transmitir miedos al niño.

    Articulo tomado de “educa y aprende”; autor: Dra. Celia Rodríguez Ruiz- Psicóloga y Pedagoga. 

miércoles, 24 de enero de 2018

CONSEJOS PARA MEJORAR EL BIENESTAR EMOCIONAL DE LAS PERSONAS MAYORES


Gracias a los avances de la medicina y a la promoción de la salud mental,  las personas mayores han ganado en calidad de vida y longevidad. Por ello, cada vez se están poniendo más esfuerzos en garantizar una vida enérgica, equilibrada y saludable para las personas mayores. Cuidar el bienestar emocional será uno de los pilares de una vida adulta saludable.
La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social. En la vejez en particular, los estados emocionales se convierten en el motivo más importante para mantener la satisfacción con la vida. Ser mayor supone tener una perspectiva de la vida plena: la perspectiva que  aporta la riqueza de la experiencia.
¿Qué es el bienestar emocional?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el bienestar emocional es un “estado de ánimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a la comunidad”. En una visión más amplia, en este artículo se hablara  de bienestar emocional en relación a la capacidad de adaptación a los cambios, la flexibilidad para aprender cosas nuevas, así como tener sentido del humor, conjuntamente con un estilo de vida saludable y activo.

¿Qué se puede hacer para mejorar el bienestar emocional en los adultos mayores?

Los elementos que conforman el equilibrio emocional en las personas mayores, incluyen la importancia de disponer de objetivos que aporten significado a la existencia y una relación de correspondencia con el entorno social y con los demás.

Para lograr el bienestar emocional deseado en la Tercera Edad es elemental llevar un estilo de vida activo, el cual implica mucho más que realizar actividad física o realizar las tareas del hogar. Incluye también participar en la sociedad, ya sea en las relaciones con otras personas, en los eventos sociales y culturales de la comunidad, en la práctica religiosa o espiritual, o en otros temas del interés para el adulto mayor.
Este momento del ciclo puede convertirse en una oportunidad para hacer todas aquellas cosas arrinconadas por el trabajo en años anteriores: la atención a los hijos o el cuidado de familiares, entre otros.  Envejecer activamente implica participar y encontrar un significado a la vida en general y a las  cosas que se hacen en ella. En esta etapa de la vida hay muchos aspectos positivos, como la serenidad de juicio, la madurez y la experiencia. Sin embargo, desde el fin de la madurez, el individuo vive un periodo que en muchos casos está ligado al sentimiento de pérdida: pérdidas de seres queridos, pérdida de capacidades mentales y físicas, pérdida de responsabilidades o de relevancia para los demás. Asimismo ha de enfrentarse a cambios psicosociales importantes ligados a la jubilación, la cual requiere ajustes económicos y sociales. Por tanto, más que nunca se necesitará una actitud optimista y activa ante la vida que emane desde el interior.

La importancia de la actitud. Planteamiento de objetivos y relaciones sociales.

Las personas mayores tienen el difícil papel de ser ellas mismas las responsables de adoptar una actitud positiva, dar un significado positivo a la vida y convivir con las dificultades propias de la edad. Mantener un contacto vital con el mundo que lo rodea será el primer paso para encontrar una actitud positiva y llena de significado. Es importante no dejarse abandonar, entrar en contacto con familiares y amigos, querer estar al tanto de las noticias y de la actualidad, saber sobre los planes de los nietos, con quienes salen y cuáles son sus aficiones. Cuanto más contacto tenga el adulto mayor con la realidad que lo envuelve, más fácil te será encontrar esas razones para vivir.
Un segundo paso para dar significado a la vida es el propósito de  retos y metas. Metas que no tienen que ser grandes hazañas, pero sí objetivos que estimulen y hagan la rutina más agradable: tener unos horarios regulares para las actividades cotidianas, salir a dar un paseo todos los días, relacionarse con los amigos y vecinos, comer con la familia, hacer algunas gestiones o asumir ciertas responsabilidades, adquirir una mascota. La vida presenta  grandes oportunidades en cualquier momento,  pero en las personas mayores es verdaderamente positivo establecer y mantener relaciones sociales, situadas en el contexto de la participación, la seguridad personal  y la salud.
Hay que tener presente que la soledad es uno de los grandes enemigos del bienestar. Las dificultades asociadas a la vida de los mayores hace que sea frecuente encontrar personas que pasan gran parte del día solas. En este sentido, las relaciones en el seno de la familia son muy importantes, ya que implican a las personas mayores como cuidadoras y como cuidadas. También en este sentido será importante que las personas mayores tomen un papel activo en la familia.  Hacerse responsable de las relaciones sociales de cada uno será una actividad primordial en la agenda del diario vivir de los mayores. 

¿Qué importancia tiene la actividad mental?

Otro aspecto fundamental para las personas mayores es el de mantener una actividad mental frecuente. Son muchas las personas que después de la jubilación dejan por completo de realizar actividades que impliquen la activación mental: concentración, memoria, capacidad de cálculo, entre otros. Sin embargo, está demostrado que la inactividad mental contribuye claramente al deterioro de la mente en personas mayores. Por este motivo será fundamental que se reserve parte del día a las actividades que requieran alguna actividad mental: jugar a las cartas, aprender alguna poesía o hacer cuentas  de  los gastos diarios. La memoria suele sufrir grandes variaciones con la edad, siendo la memoria a corto plazo la que más se afecta. Es común que las personas mayores recuerden con mayor nitidez algunas escenas de hace varios años que lo que hicieron ayer.
Las relaciones sociales diarias ayudarán a mantener la memoria a corto plazo, porque  obligarán a estar en contacto con el presente. En la sociedad existe una actitud negativa ante la actividad sexual durante esta edad, que unida a la disminución de la autoestima puede dar lugar al aislamiento en relación a la vida sexual. Por el contrario, pese a las dificultades de interacción que pueden existir o no, la práctica de la sexualidad sí es fisiológicamente posible y enriquecedora emocional y afectivamente. Existen muchos factores que influyen en la actividad sexual de las personas mayores, como una razonable buena salud, interés por lo sexual y el estado emocional y afectivo de la pareja. Generalmente la forma de interacción sexual varía, dándose mayor importancia a aspectos cómo ternura, intimidad corporal, afectividad y comunicación, a la vez que se relativizan los contactos meramente físicos. Las conductas de carácter sexual en personas mayores suelen ser un buen indicativo del buen estado emocional de la persona.

¿Cómo se puede mantener el bienestar emocional en la Tercera Edad?

Para conservar la salud emocional, hay que tomar un papel activo en las decisiones que afectan a sí mismo. Es importante, como en cualquier edad, que la felicidad dependa de las ganas de vivir y saber encontrar el significado a la vida así como ser partícipe de un entorno en donde se encuentre rodeado de los demás. Es favorecedor tomar decisiones, decidir cómo se quiere vivir, cómo disfrutar del tiempo de ocio y también cómo participar en las decisiones que afectan a la salud. Cada decisión tendrá unas consecuencias que influirán en la realidad, cambiando el curso de las cosas y del entorno. La vejez no debe verse como una etapa final, sino como una etapa de maduración del ser humano.


Autor: Sandra García Castañeda, Psicóloga clínica 

miércoles, 17 de enero de 2018

QUITAR EL PAÑAL EN BEBES: LO QUE SI FUNCIONA



Para que el proceso de enseñar al niño a ir al baño solito no sea muy difícil para padres y traumático  para los bebes;  estos  sencillos consejos a seguir  podrían funcionar muy bien para realizar este proceso con éxito:

1. Esperar a que el niño esté listo: Se  debe tener  en cuenta que no hay una edad mágica en la que los niños están listos para aprender a ir al baño solitos. 
La mayoría de ellos habrá desarrollado las habilidades físicas y cognitivas necesarias entre los 18 y los 24 meses (aunque hay niños que no están listos hasta que tienen casi 3 años de edad, o incluso 4).
Si el niño está viviendo cambios como la llegada de un hermanito, entrar a la escuela, un viaje o cambio de casa, es mejor esperar a que su  pequeño mundo esté de nuevo en calma antes de empezar. 
Una vez se haya  empezado el proceso, si no se obtienen buenos resultados al cabo de varias semanas, eso significa que el niño en realidad no estaba listo; por lo tanto es conveniente esperar algunas semanas para identificar señales de que está listo, y volver a intentarlo.

2. Planear el proceso de ayudar al niño a dejar el pañal con antelación: Antes  de salir a comprar la bacinica o sillita de baño, es bueno pensar  y planear cómo se quiere  llevar a cabo el entrenamiento del niño. Se debe decidir  cuándo y cómo se quiere empezar con el proceso, qué harán los padres  cuando el niño tenga los inevitables "accidentes”, y cómo saber o identificar  si es mejor abandonar el entrenamiento por el momento y volver a probar más adelante. 
Pero aunque es bueno planear, también es importante recordar ser flexibles. No hay forma de saber de antemano cómo le irá al niño, ni qué técnicas le funcionarán mejor. Eso realmente depende de cada niño. Es importante tener en cuenta que, al igual que con la mayoría de las etapas importantes en el desarrollo de los niños, el éxito no suele ocurrir de forma linear, es decir, en constante marcha hacia una meta. Se debe respetar el ritmo del niño.
Hablar acerca del  plan con el pediatra siempre es una buena opción, así como con  las personas que lo cuidan y con otros padres de familia que están pasando por el mismo proceso. Cuando se tenga  un plan definitivo, hay que asegurarse que tanto padres como cuidadores puedan seguirlo fielmente, excepto si hay retrasos inesperados y otros obstáculos que estén dificultando el proceso. En tal caso hay que identificarlos.

3. Tener Paciencia y Calma: Hay una serie de pasos para la retirada del pañal que el niño  tendrá que superar, y esto es algo que puede llevar bastante tiempo. 
Es cierto que algunos niños aprenden en pocos días, pero para otros el entrenamiento dura varias semanas, o hasta meses, sobre todo hasta que ya puedan dormir toda la noche sin pañales.
No es bueno tratar  de apresurar al niño (ni dejar  que otros lo hagan) para que abandone los pañales más rápido de lo que puede. Hay que tener en cuenta que el niño se encuentre preparado para hacerlo.
Se le debe permitir hacerlo a su propio ritmo y que se acostumbre poco a poco a este nuevo y complicado proceso, y de esta manera  avanzara  de una etapa a la siguiente de una manera más natural.
Se debe  motivar al niño  cariñosamente, recordándole que use su bacinica o el inodoro, y halagándolo. Pero si el  niño  se retrae o retrocede, no es recomendable  insistir  demasiado.

4. Elogiar al niño cuando lo haga bien: A lo largo de este proceso, el niño  buscará  señales de aprobación y reconocimiento —los llamados "refuerzos positivos"— por sus logros. 
   Cada vez que el niño trate de usar su bacinica o de hacer en la taza del baño, o dé el siguiente paso en su entrenamiento (aunque no lo logre por completo), se le debe decir que lo está haciendo bien y que enorgullece a sus padres y cuidadores.  Los elogios se deben hacer sin exagerar pues  se puede poner nervioso y aumentar su miedo de fallar, lo cual puede provocar más "accidentes" y retrasos en el proceso.

5. Estar preparado para los accidentes: Es muy probable que el niño tenga muchos accidentes antes de que aprenda a usar la bacinica a la perfección.  Hay que recordar que hasta hace muy poquito tiempo el niño  aún no había desarrollado completamente sus músculos, y por lo tanto no tenía el control necesario para lograr contener sus necesidades.
Con el tiempo, el niño  se volverá muy competente, pero mientras esté aprendiendo, lo mejor que se puede hacer es limpiarlo calmadamente cuando se equivoque y sugerirle que la próxima vez trate de usar su bacinica.


“Articulo tomado de Babycenter en español”

miércoles, 10 de enero de 2018

10 MITOS SOBRE LOS ADULTOS MAYORES


Existen muchos mitos sobre los adultos mayores asociados con el envejecimiento. La mayoría son desarrollados por la sociedad y casi siempre consideran aspectos negativos de la vejez. En muchos de los casos, estas ideas son generadas por falta de conocimiento.
Algunos de estos mitos son los siguientes:

1- El adulto mayor siempre está triste o no es feliz. Como cualquier otra persona a cualquier edad, la felicidad depende de uno mismo y de su manera de ser, no tiene nada que ver con la vejez.
2.- El adulto mayor no tiene familiares que se preocupen por ellos. La mayor parte de ellos viven cerca de sus hijos o de algún familiar cercano que suele verlos con cierta frecuencia. En ocasiones, los adultos mayores que viven solos buscan crear núcleos familiares entre ellos mismos para ofrecerse ayuda cuando la necesiten.
3.- El adulto mayor es inútil. El adulto mayor puede reaccionar con mayor lentitud en cuanto actividades físicas se trata. Pero eso no limita su utilidad a la sociedad, ya que se trata de personas con mucha experiencia y que frecuentemente son más comprometidas con sus actividades, tienen rendimientos más regulares y faltan menos a sus trabajos.
4.- El adulto mayor no es capaz de hacer ejercicio. Al contrario, realizar ejercicio adecuado y moderado resulta beneficioso porque reduce la descalcificación ósea, fortalece el corazón y los pulmones, reduce la tensión arterial y mejora la fuerza muscular.
5.- El adulto mayor necesita ayuda en sus actividades cotidianas por problemas de salud. Muchos adultos mayores padecen diversas enfermedades y cambios degenerativos, pero la mayoría de ellos puede seguir realizando sus actividades de manera normal, lo cual le ayuda a mantener su calidad de vida y seguir activo e independiente. En algunos casos, necesitan de ayuda cuando tienen un problema crónico incapacitante.

6.- El adulto mayor se aísla por sí mismo de la sociedad. Existen adultos mayores que viven aislados de la sociedad, pero con frecuencia es por motivos ajenos a su voluntad. La mayoría de ellos mantienen relaciones con familiares, nietos, amigos y buscan tener cierta actividad en la comunidad en la que viven. Es importante, para mantener la salud mental, no permanecer en soledad a cualquier edad.
7.- A mayor edad, menos se duerme. Lo que sucede es que el sueño se vuelve más fragmentado, se duerme por partes. Los periodos de sueño duran menos y la calidad del sueño es distinta. Para completar su tiempo de sueño, los adultos mayores necesitan de más siestas que personas jóvenes.
8.- Los adultos mayores están siempre deprimidos. Como en todas las edades, existen personas que son más o menos susceptibles a la depresión cuando se llevan a cabo cambios en su vida. Pero no significa que todos los adultos mayores sufran constantemente de depresión. Lo que sí es cierto es que la falta de atención hacia un adulto mayor genera situaciones que pueden acercarlo a la depresión. Cabe recordar que este trastorno puede ser tratado con un especialista, como el psicólogo o el psiquiatra. 
9.- El envejecimiento produce cambios de personalidad. El envejecimiento por sí mismo no produce cambios en la personalidad. De hecho, la personalidad es una de las pocas constantes que se mantienen a lo largo de la vida.
10.- El adulto mayor no es capaz de adquirir nuevo conocimiento. Un adulto mayor tiene la habilidad y el tiempo de aprender cualquier cosa. Además, aprender nuevas actividades le ayuda a mantener su salud mental. Desde luego, el límite existe en donde cada uno decida, desde aprender a usar una computadora hasta una licenciatura.
Existen muchos otros mitos, que nacen debido a la ignorancia. Por lo tanto, es oportuno informarse acerca de los cambios que el envejecimiento involucra y que es posible llegar a experimentar. Lo anterior, permitirá estar preparados para enfrentarlos de la mejor manera.


Artículo tomado de la revista: Adulto Mayor Pleno