lunes, 10 de julio de 2017

TIPS PARA AFRONTAR LA SOLEDAD EN LA VEJEZ


Sin duda alguna la vejez trae consigo muchos cambios; no solo a nivel físico sino psicológico también  y con estos cambios  junto con la disminución del ritmo de vida; los mayores se enfrentan a  uno de los peores temores para casi todas las personas; “la soledad”; esta temible palabra que a algunos atormenta no tiene porque ser del todo negativa y como casi todo lo que caracteriza a esta etapa debemos verle el lado positivo para así asimilar mejor los cambios que conlleva la vejez y al que indudablemente si así se nos permite llegaremos al final de nuestra vida. Aquí te señalamos algunas ideas útiles para afrontar la soledad en la vejez de una manera más positiva y ayudar a nuestros adultos mayores a enfrentar los variables estados de ánimo a los que nos sometemos como consecuencia de todos los cambios que padecemos en esta etapa:

  • Sincerarse consigo mismo y evaluar su vida en retrospectiva, ayuda a conocer qué tipo de soledad se sufre y el porqué. Cuando llegamos a la vejez podemos evaluar que hicimos en nuestras anteriores etapas, cuales fueron nuestras acciones y si generaron impacto o no en las personas que nos rodearon; es aquí en donde podremos realmente evaluar si la llegamos a sufrir el porqué de nuestra soledad y nos ayudara a tener estrategias y herramientas para afrontarla de una mejor manera. Algunos adultos mayores son abandonados por sus familiares o no reciben el trato adecuado por parte de ellos y en la mayoría de las ocasiones cuando se evalúa la situación se conoce la verdad detrás de la actitud de su familia o de quien genera o permite el abandono.  
  • Perder el miedo a mirarse a sí mismo y afrontar la necesidad de saber cómo somos en realidad: nuestras ilusiones, sueños, anhelos, limitaciones y miedos. Todo esto ayuda a hacer una evaluación de nuestra autoimagen y a mejorar nuestra autoestima así estemos solos.
  • Tomar la iniciativa para entablar nuevas relaciones de amistad, fortalecer relaciones familiares y concretar los planes que se tienen volviéndolos acción, suele ser una estrategia infalible para afrontar la soledad y los miedos que vienen con ella.
  • Quitarse el miedo al rechazo de las personas en general o un grupo de pares puede convertirse en una idea muy útil pues nos impulsa a tener ilusiones que usualmente en esta etapa de vida se ven muy disminuidas.
  • Hacer a un lado la actitud de víctima, pues siempre hay alguien que quisiera conocer o tener cerca a una persona con la experiencia y vivencias de un abuelo.
  • Evitar encerrarse en sí mismo cuando viene el agobio de la soledad ya que puede generar mayor daño y sentimientos de minusvalía; para esto debemos incrementar nuestras habilidades sociales, lo importante y lo que mueve a las personas debe ser el hecho de hacer cosas que en sus etapas anteriores nunca pudo por falta de tiempo, el trabajo, los hijos y las demás responsabilidades que no daban el espacio de disfrute de actividades que quisimos haber desarrollado y no lo logramos
  • No compararse con nadie. Cada ser humano es único e irrepetible; todas las personas tenemos ritmos diferentes y maneras diferentes de afrontar la vida y las perdidas, así que desde que todo vaya dentro de los parámetros “normales” está bien el ritmo que cada quien le imprime a su vida y como la va sobrellevando.
  • Iniciar o retomar alguna actividad deportiva o artística que nos guste, puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y afrontar la soledad de una mejor manera; además el compartir con otras personas con las mismas perdidas o dolencias físicas puede ser de gran apoyo pues nos ayuda a superarlas y de paso nos hacemos compañía.

La sensación de soledad es algo que se puede dar de un momento a otro, pero como lo veíamos al comienzo, no tiene porque ser negativa ya que es posible transformarla en un espacio de reflexión para conocernos más a nosotros mismos, evaluar que fue de nuestra vida y establecer nuestra propia identidad en la última etapa de la vida.

Existe un tiempo para comunicarse con los demás y otro para establecer contacto con lo más profundo de nosotros mismos en el que la soledad se hace indispensable; así podemos “hablar” con nuestros miedos y terminar nuestros días de una manera más tranquila y relajada dejando nuestros asuntos en orden.

Como vimos estas son algunas ideas que podemos tener en cuenta en el momento de generar estrategias para afrontar la soledad, pero si en algún momento como familiar de un adulto mayor que se siente solo o su cuidador notamos que hay algo más fuerte que él no puede afrontar solo; siempre es mejor estar pendiente a las señales de alarma y acudir a un profesional en psicología o psiquiatría para apoyar al abuelo en su proceso.


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