Tal vez el concepto de
hiperpaternidad suene inofensivo, pero no lo es en absoluto; por el contrario;
es una tendencia extremadamente peligrosa que se ha venido llevando a cabo
desde algún tiempo. Pero en realidad a que nos referimos cuando hablamos de
hiperpaternidad?
Como su palabra lo indica o
define es un exceso en todos los sentidos por parte de los padres hacia sus hijos; en pocas palabras, es la “obsesión
de los padres por criar niños
perfectos”. Parece que nada es suficiente a la hora de prestarles atención en exceso a los niños y ponen sobre
sus hombros demasiadas responsabilidades y exigencias para su edad; aparte de
todo lo que “socialmente” deben cumplir. Expertos en el tema señalan que” la
Hiperpaternidad es un fenómeno de crianza que se caracteriza por una atención
excesiva a los hijos. Los padres
entienden que para ser buenos padres han de estar pendientes de sus hijos de
manera excesiva” (Eva Millet, en entrevista para la revista Nueva mujer),
resolviendo todos su problemas, anticipándose a ellos y haciendo las cosas en
su lugar. Así que en vez de educar y criar a los niños, parece que estamos
gestionándolos, impidiendo que se enfrenten
a sus propios miedos, este es uno de los grandes riesgos que se corre con este
tipo de crianza pues los niños necesitan tiempo y espacio para ser niños,
explorar el mundo a su manera, cometer errores y aprender de ellos. Este es el
ciclo natural del aprendizaje humano, así aprenden a pensar, imaginar y a tener
relaciones con sus pares y familia, así es que aprenden a tomar el gusto por
las cosas, a saber que quieren ser cuando sean adultos en lugar de imponerles
lo que queremos que sean.
Cuando los adultos controlan a los niños; éstos pierden todo lo que les da
satisfacción y sentido a la vida, su identidad y su autonomía. El tiempo libre es necesario
tanto como la soledad y la diversión. En lugar de llenarlos de actividades
programadas, pregunte a su hijo que le gustaría hacer en su tiempo libre o
indague que tipo de actividades prefieren según sus intereses y gustos
propios…. ¡Déjalo vivir!
La hiperpaternidad da como resultado niños miedosos: Ten
cuidado y analízate. Existe muy poca diferencia entre los padres que quieren lo
mejor para sus hijos y los hiperpadres, la diferencia radica en que los
hiperpadres “no permiten que su hijo se frustre, cometa errores, mientras que
el padre con sentido común y normal le da armas a sus hijos para que se
enfrenten a la vida, para que tenga tolerancia a la frustración, que aprendan
la autonomía y sean personas, no súper personas”. Con la crianza que imparten
los hiperpadres se corre el riesgo de tener hijos miedosos como anteriormente
lo mencionamos ,afectando de manera psicológica a los niños pues en parte se
vuelven engreídos; pues se les hace creer que son mas “especiales” que los
demás niños y sufren mucho por la incongruencia que les causa el sentirse
especiales pero ser incapaces de resolver problemas triviales, se ahogan en un
vaso de agua a la hora de obtener soluciones y pueden hacer actividades muy
elaboradas como resultado de todas sus clases y aprendizajes pero en muchos
casos no se saben ni amarrar los zapatos o vestirse adecuadamente; esto es lo
que les causa incongruencia y mucha confusión; generando sentimientos de
inutilidad e incapacidad. Además del
miedo, las consecuencias de la hiperpaternidad se deben tomar muy en serio. Aquellos niños a los que se
les evita la responsabilidad y se les resuelve todo, en la adolescencia son susceptibles
de desarrollar un sinnúmero de patologías pues se encuentran sin armas para
enfrentarse al mundo.
Como padres de familia tenemos que entender que
los niños necesitan tener su tiempo a solas y jugar libremente sin presiones,
ni objetivos ni metas. Así que una buena manera de comenzar a permitir esto es
dejarles una o dos horas al día libres para su juego o sus actividades de
preferencia. Otra buena manera de comenzar a romper con este esquema de los
hiperpadres es hacerle entender por medio de las actitudes para con ellos que
no importa los errores que cometa, la personalidad que desarrolle o lo
diferente que pueda ser con sus hermanos, lo importante es que comprenda que
pese a todo esto, los padres siempre lo van a querer tal y como es y que respetan sus diferencias individuales.
Finalmente
un consejo para los padres; rompan con el perfeccionismo. No hay niños
perfectos ni hay recetas mágicas para aprender a ser padres, también se vale
cometer errores. La ansiedad, el miedo a equivocarse, el estrés y las dudas son
parte de la paternidad y la educación que les impartimos. Esto no significa que
los niños no necesiten disciplina y firmeza o corregir sus errores; pero
recuerda que todos los excesos son malos, trata de encontrar un equilibrio para
no convertirte en un hiperpadre que terminara haciéndole mucho daño a su hijo.
(Tomado de revista de psicología infantil, 2016)
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