lunes, 6 de marzo de 2017

HIPERPATERNIDAD… UN RIESGO EN LA CRIANZA DE LOS NIÑOS?




Tal vez el concepto de hiperpaternidad suene inofensivo, pero no lo es en absoluto; por el contrario; es una tendencia extremadamente peligrosa que se ha venido llevando a cabo desde algún tiempo. Pero en realidad a que nos referimos cuando hablamos de hiperpaternidad?

Como su palabra lo indica o define es un exceso en todos los sentidos por parte de los padres  hacia sus hijos; en pocas palabras, es la “obsesión de los padres  por criar niños perfectos”. Parece que nada es suficiente a la hora de prestarles  atención en exceso a los niños y ponen sobre sus hombros demasiadas responsabilidades y exigencias para su edad; aparte de todo lo que “socialmente” deben cumplir. Expertos en el tema señalan que” la Hiperpaternidad es un fenómeno de crianza que se caracteriza por una atención excesiva a los hijos.  Los padres entienden que para ser buenos padres han de estar pendientes de sus hijos de manera excesiva” (Eva Millet, en entrevista para la revista Nueva mujer), resolviendo todos su problemas, anticipándose a ellos y haciendo las cosas en su lugar. Así que en vez de educar y criar a los niños, parece que estamos gestionándolos, impidiendo que  se enfrenten a sus propios miedos, este es uno de los grandes riesgos que se corre con este tipo de crianza pues los niños necesitan tiempo y espacio para ser niños, explorar el mundo a su manera, cometer errores y aprender de ellos. Este es el ciclo natural del aprendizaje humano, así aprenden a pensar, imaginar y a tener relaciones con sus pares y familia, así es que aprenden a tomar el gusto por las cosas, a saber que quieren ser cuando sean adultos en lugar de imponerles lo que queremos que sean.

Cuando los adultos controlan  a los niños; éstos pierden todo lo que les da satisfacción y sentido a la vida, su identidad y  su autonomía. El tiempo libre es necesario tanto como la soledad y la diversión. En lugar de llenarlos de actividades programadas, pregunte a su hijo que le gustaría hacer en su tiempo libre o indague que tipo de actividades prefieren según sus intereses y gustos propios…. ¡Déjalo vivir!

La hiperpaternidad da como resultado niños miedosos: Ten cuidado y analízate. Existe muy poca diferencia entre los padres que quieren lo mejor para sus hijos y los hiperpadres, la diferencia radica en que los hiperpadres “no permiten que su hijo se frustre, cometa errores, mientras que el padre con sentido común y normal le da armas a sus hijos para que se enfrenten a la vida, para que tenga tolerancia a la frustración, que aprendan la autonomía y sean personas, no súper personas”. Con la crianza que imparten los hiperpadres se corre el riesgo de tener hijos miedosos como anteriormente lo mencionamos ,afectando de manera psicológica a los niños pues en parte se vuelven engreídos; pues se les hace creer que son mas “especiales” que los demás niños y sufren mucho por la incongruencia que les causa el sentirse especiales pero ser incapaces de resolver problemas triviales, se ahogan en un vaso de agua a la hora de obtener soluciones y pueden hacer actividades muy elaboradas como resultado de todas sus clases y aprendizajes pero en muchos casos no se saben ni amarrar los zapatos o vestirse adecuadamente; esto es lo que les causa incongruencia y mucha confusión; generando sentimientos de inutilidad e incapacidad.  Además del miedo, las consecuencias de la hiperpaternidad se deben  tomar muy en serio. Aquellos niños a los que se les evita la responsabilidad y se les resuelve todo, en la adolescencia son susceptibles de desarrollar un sinnúmero de patologías pues se encuentran sin armas para enfrentarse al mundo.

Como padres de familia tenemos que entender que los niños necesitan tener su tiempo a solas y jugar libremente sin presiones, ni objetivos ni metas. Así que una buena manera de comenzar a permitir esto es dejarles una o dos horas al día libres para su juego o sus actividades de preferencia. Otra buena manera de comenzar a romper con este esquema de los hiperpadres es hacerle entender por medio de las actitudes para con ellos que no importa los errores que cometa, la personalidad que desarrolle o lo diferente que pueda ser con sus hermanos, lo importante es que comprenda que pese a todo esto, los padres siempre lo van a querer tal y como es  y que respetan sus diferencias individuales. 

Finalmente un consejo para los padres; rompan con el perfeccionismo. No hay niños perfectos ni hay recetas mágicas para aprender a ser padres, también se vale cometer errores. La ansiedad, el miedo a equivocarse, el estrés y las dudas son parte de la paternidad y la educación que les impartimos. Esto no significa que los niños no necesiten disciplina y firmeza o corregir sus errores; pero recuerda que todos los excesos son malos, trata de encontrar un equilibrio para no convertirte en un hiperpadre que terminara haciéndole mucho daño a su hijo. (Tomado de revista de psicología infantil, 2016)

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