A
medida que envejecemos se producen evidentes cambios y alteraciones en el
estado físico y psicológico. Estos cambios son progresivos e inevitables; sin
embargo ha sido demostrado en varias investigaciones, que el ritmo degenerativo
se puede modificar a través de la actividad física o ejercicio. En efecto, éste
puede ayudar a mantener o mejorar la condición física, el estado mental y los
niveles de presión arterial alta en el adulto mayor.
Los
ejercicios aeróbicos adecuados pueden incrementar de uno a dos años la
esperanza de vida, la independencia funcional y ayudar a prevenir enfermedades.
Muchas investigaciones han demostrado que la practica física regular incrementa
la habilidad de un adulto mayor en sus quehaceres diarios, reduce riesgos de
enfermedades crónicas especificas, incluyendo las enfermedades coronarias y baja la tasa de mortalidad(
Heath, 1994). Con la practica regular de actividad física, los sistemas del
cuerpo que se ven más beneficiados son: Cardiovascular, respiratorio,
inmunológico; además de verse favorecidos los huesos, músculos y riñones. El
ejercicio a su vez, logra ayudar en el tratamiento y la prevención de la
osteoporosis; traduciéndose esto en una mejora significativa en la calidad de
vida del adulto mayor, brindando una mayor flexibilidad, fuerza y volumen
muscular, movilidad y mayor capacidad funcional.
Ejercicio y salud mental: además de los múltiples beneficios a
nivel físico, la salud mental del adulto mayor es otro gran beneficiario de la
practica regular de esta actividad mejorando la auto- estima, el autocontrol,
el funcionamiento autónomo, hábitos de sueño, funciones cognitivas y las
relaciones sociales.
Recomendaciones para
comenzar la actividad física en el adulto mayor: Se recomiendo una actividad física
de 3 a 4 veces por semana, de duración moderada ( 20 a 30 min aproximadamente),
para obtener efectos de acondicionamiento físico. Siempre se debe consultar con
el médico tratante sobre cuál es el tipo de actividad física optima para cada
persona, ejercicios a realizar y la manera correcta de hacerlos.
Es deber de la
familia o del cuidador, ayudar a mantener una optima calidad de vida en el
adulto mayor, por lo tanto deben promover, animar y acompañar al abuelo en la
práctica regular de actividad física que le permita llevar por más tiempo su
independencia física y psicológica de quienes velan por su cuidado y bienestar.
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