La
enfermedad de Alzheimer es un desorden progresivo, degenerativo e irreversible
del cerebro que causa la debilitación, desorientación y una eventual muerte
intelectual. La enfermedad comienza insidiosa, con debilidad, dolores de
cabeza, vértigos e insomnio suave. Dentro de otros síntomas para su detección
se encuentran; irritabilidad y perdida severa de memoria. La pérdida progresiva
de memoria aparece más adelante cuando la enfermedad se encuentra más avanzada,
la enfermedad conduce al estupor y al comportamiento infantil. Las
características se diferencian de pacientes con parálisis general, por un
patrón organizado de comportamiento y por la capacidad general del
razonamiento. (Dr. Alois Alzheimer)
Algunos
criterios que se usan para el diagnostico de demencia y luego de enfermedad de
Alzheimer son:
1. Pérdida de memoria y de una o más
funciones cognitivas tales como el lenguaje, capacidad ejecutiva, praxias,
percepción visual, etc.
2. Esta pérdida debe ser cuantía
suficiente como para interferir con las actividades laborales o sociales
habituales del adulto mayor.
3. Debe excluirse el compromiso de conciencia
4. La causa demostrada o presunta debe
ser una afección orgánica cerebral.
Esta
enfermedad es lentamente progresiva, y en su evolución pueden reconocerse 3
etapas:
1. La primera se caracteriza por las
fallas de la memoria.
2. En la segunda se incorporan trastornos
del lenguaje, apraxias ( perdida de la capacidad para llevar a cabo movimientos
voluntarios) y síndrome de Gertsmann ( desorientación derecha- izquierda,
discalculia y disgrafia)
3. En la tercera el paciente queda
incapacitado, postrado en la cama
Sin
embargo cuidar en casa a una persona que tiene Alzheimer es una tarea difícil y
algunas veces agobiante. Cada día trae nuevos desafíos para las personas
encargadas de su cuidado puesto que deben enfrentarse a los cambios en el nivel
de capacidad y nuevos patrones de conducta. Una de las mayores dificultades que
enfrentan las personas dedicadas al cuidado de una persona con esta enfermedad es
el comportamiento difícil; las actividades básicas de la vida diaria como
bañarse y comer, frecuentemente se convierten en tareas difíciles de manejar.
Por lo tanto establecer un plan y una rutina para cumplir con las actividades
cotidianas puede facilitar el trabajo de las personas que cuidan a una persona
con este tipo de enfermedad. El contacto permanente ayuda a descubrir
estrategias para el manejo de las situaciones difíciles y estresantes. Probando
y aprendiendo, el cuidador se dará cuenta que actividades funcionan y cuáles
no. Todo adulto mayor con Alzheimer es único y por lo tanto responderá de
manera diferente.
Enfrentarse
a un diagnostico de Alzheimer suele ser estresante y preocupante para la
familia de quien lo padece; por lo tanto es importante tener en cuenta algunas
claves para el manejo de nuestro ser querido con este tipo de enfermedad,
algunas de estas claves pueden ser útiles para tomar en consideración:
1- Hágale al médico
todas las preguntas que usted tenga sobre esta enfermedad, infórmese sobre los
tratamientos que puedan ser más efectivos para aliviar los síntomas y manejar
los problemas de conducta.
2- Póngase en contacto
con organizaciones expertas en la materia para obtener mayor información sobre
el manejo y cuidado de un adulto mayor con esta enfermedad.
3- Busque un grupo de
apoyo para compartir sentimientos y preocupaciones sobre la enfermedad así como
compartir experiencias en cuidado y manejo de diferentes situaciones.
4- Planee su rutina con
base en los momentos del día en que la persona con Alzheimer se encuentra más
tranquila o cooperadora con el fin de poder cumplir con las actividades
cotidianas
5- Considere la
alternativa de conseguir un cuidador a domicilio para que ayude con el cuidado
y atención diaria que demanda una persona con este tipo de enfermedad.
Finalmente y
partiendo del hecho que es una enfermedad irreversible; el diagnostico oportuno
y correcto, la documentación adecuada y el conocimiento sobre los cuidados y
atenciones para el manejo del adulto mayor con Alzheimer pueden mejorar significativamente la calidad
de vida. La familia por lo tanto tiene el deber de atender, cuidar y proveer al
adulto mayor del cuidado necesario para sobrellevar la enfermedad.( Tomado de :Instituto
Nacional sobre el envejecimiento, Bethesda, U.S)