lunes, 27 de marzo de 2017

SENCILLAS MANERAS DE HABLAR A LOS NIÑOS SOBRE EL DIVORCIO

Durante la etapa de desarrollo del niño hay diversas conversaciones difíciles que como padres de familia debemos abordar con ellos; pero abordar temas de divorcio es quizás una de las charlas más complejas pues no sabemos cómo hacerlo, qué palabras usar y sobre todo que el niño comprenda el mensaje que aunque sus padres ya no se lleven bien, nunca pero nunca lo van a dejar de amar, que el amor sigue intacto y que él no es el culpable de que la relación haya terminado. Pero como explicamos esto a un niño de la mejor manera posible para su comprensión?

Miles de niños en el mundo pasan por diversas situaciones alrededor del divorcio de sus padres; la forma en cómo reaccionan va a depender de su edad, personalidad y circunstancias concretas del divorcio. Nuestro trabajo como padres consiste en ayudar al niño a asimilar la noticia y las nuevas situaciones y cambios  que trae consigo la separación; aunque si bien es una situación estresante para el niño; si se hace de la manera adecuada y con la orientación y apoyo suficiente, la gran mayoría de superan esta etapa de una manera correcta haciéndose más fuertes y preparados para afrontar el estrés de la vida cotidiana, convirtiéndose en jóvenes más flexibles y tolerantes. Entre las principales cosas que como padres debemos hacer ante un inminente divorcio es:

1.  Mantener los conflictos y discusiones acaloradas, así como los comentarios legales o despectivos de alguno de los padres al margen de los niños. El niño no se debe ver involucrado en estos asuntos ni debe escuchar hablar mal a un padre del otro.  Son conflictos de adulto y así los debemos manejar.
2. Reducir al mínimo cualquier alteración en la rutina de los niños. Debemos organizarnos para no sacar al niño de su rutina; eso implica que si tiene clases o alguna actividad que el niño disfrute, debemos procurar que se sigan cumpliendo.
3. Restringir la negatividad contra el otro padre, así como el resentimiento y la tendencia a echarle la culpa al otro.
4. Asegurarse que ambos sigan involucrados en la vida del niño. Que haya una separación de los padres no implica que uno de ellos deba desaparecer de la vida de su hijo. Hay que manejar la situación con suficiente madurez.

Otro de los aspectos que siempre se deben tener en cuenta no solo con respecto al tema del divorcio sino a cualquier temática que deseemos hablar con los niños es la comunicación. Esta siempre debe estar presente pues es el canal para saber que pasa en sus vidas, cómo les afecta alguna situación y de qué manera los podemos ayudar. Así que a través de una buena comunicación podemos dar el mensaje adecuado sobre el divorcio a los niños, apoyando su proceso de asimilación; para esto debemos comunicarle lo siguiente:

1.  Dar el mensaje de” No es tu culpa”: Una manera sencilla de expresarlo y hacer que el niño entienda el mensaje es decirle que sus papas han tenido problemas, no se están entendiendo y eso ha creado conflictos y aun cuando algunos temas tengan que ver con él no es su culpa. El dar a entender que  no están peleando por él; que simplemente  están en desacuerdo en cuanto a algunos temas que tienen que ver con su crianza y con la familia, pero de ninguna manera él es  el culpable.
2. Mama y papa siempre serán sus padres y siempre estarán allí para él: No importa que cambios ocurran o si mama o papa se organizan con otra persona, hay que asegurarle al niño que siempre van a ser sus papas así estén con otras personas. Eso implica que las decisiones en cuanto al manejo, crianza, tiempo para compartir siempre será de mama y papa con el niño.
3. Es un cambio que no necesariamente es malo: aunque la palabra divorcio o separación generan pánico, lo importante es que el niño comprenda que habrá algunos cambios que no tienen porque ser malos, los cambios son parte de la vida y parte del crecimiento de las personas; el mensaje a dar es que el CAMBIO significa que algunas cosas serán diferentes pero no MALAS; que a veces nos cuesta acostumbrarnos a los cambios pero que una vez ocurre la adaptación que se requiere, la vida continua y se es más feliz y pleno, que los cambios nos dan la oportunidad de hacer las cosas de una manera nueva y mejor. Es importante que el niño entienda que el CAMBIO; es decir el divorcio va a generar una actitud diferente en cada uno de los padres, haciéndolos más felices, más tranquilos, con una paz interior  y una sensación de bienestar que  no tenían cuando estaban juntos.
4. Las cosas funcionaran bien: Al niño se le debe explicar que como van a haber algunos cambios; esto implica hacer las cosas de una manera diferente y que esto puede involucrar algunas responsabilidades que antes no tenían, pero que con el apoyo y amor de sus padres las cosas saldrán bien, el niño debe asimilar que su vida será feliz a pesar de que sus padres ya no están juntos.
5. Mama y papa siempre te amaran: No importan los cambios, los desacuerdos y las discusiones; mama y papa siempre lo amaran por encima de todas las cosas y eso nunca va a cambiar; se debe verbalizar pero también se debe demostrar con actitudes y comportamientos.

Todo lo anteriormente mencionado son mensajes que podemos dar a los niños para hacer menos difícil el proceso de separación de los padres y son mensajes que recordaran y acudirán cuando se sientan tristes, inseguros o con miedo. Repítanlo a menudo y con sus propias palabras y asegúrense que los niños los entiendan y adopten; de esta manera cuando llegue el acople o la aceptación será un niño feliz y más seguro de sí mismo.




lunes, 13 de marzo de 2017

MOTIVOS PARA SER FELIZ EN LA TERCERA EDAD





Para muchos llegar a  la tercera edad es sinónimo de un sinnúmero de acontecimientos no tan positivos; y si bien sabemos que la vejez trae consigo muchos cambios, no todo debe ser negativo. La edad; aunque ahora no lo pensemos de esa manera, tiene sus ventajas y aquí te mostramos cuales son.

La cultura, la presión social por vernos y sentirnos cada vez más jóvenes y vitales, nos ha hecho sentir que envejecer suele ser malo y que debemos evitarlo a toda costa. Pero envejecer como tal no es malo, por el contrario; envejecer hace parte de nuestro ciclo vital, si estamos envejeciendo quiere decir que estamos viviendo la vida y cumpliendo las metas y sueños que tenemos programados para ella; vamos ganando sabiduría y experiencia.

Otro de los aspectos relevantes a resaltar de envejecer suele ser que tenemos o logramos una mayor estabilidad; envejecer; lejos de disminuir nuestras energías puede hacernos más vitales y felices que antes; con la edad ganamos templanza, paciencia y vemos la vida desde otro punto de vista. Ya no vivimos corriendo, ni tenemos apuro por terminar una jornada laboral; sino que aprendemos a disfrutar de los pequeños momentos; solos o acompañados, pero aprendemos a tomarnos la vida con más calma.

También está demostrado que  la tercera edad conlleva a una mayor estabilidad emocional; debido a que ya hemos adquirido emocionalmente lo que deseábamos para nuestra vida; casarnos, tener hijos, adoptar, adquirir una mascota o sea cual haya sido nuestro requerimiento emocional, ya está cubierto; esto quiere decir  menos picos de sentimientos y emociones, que se traduce en  mayor estabilidad emocional.

La toma de decisiones también ha sido ampliamente estudiada; mientras que en etapas más productivas de la vida adulta, tomar buenas decisiones suele afectar nuestro trabajo, vida de pareja, etc, en la tercera edad las decisiones que se toman son simples y fáciles; suelen ser decisiones sobre donde almorzar, o que curso iniciar o que cosa interesante nueva para aprender; pero no suelen ser aspectos que conlleven una carga importante de estrés.

Otra de las ventajas fundamentales de llegar a la tercera edad es que los adultos mayores suelen ser más seguros de sí mismos. Cuando llegamos a la vejez dejamos de lado ciertos conceptos culturales y sociales; así somos más libres de vestir lo que nos guste o con lo que nos sintamos mas cómodos pues ya no dependemos de la presión social por actuar bajo la norma o vernos “bien” presentados para el trabajo o una reunión de negocios; tenemos una libertad que no teníamos antes y esto se convierte en algo liberador y sanador cuando se tuvo una vida atada al aspecto laboral y con muchas normas institucionales que cumplir;  ésta, se convierte entonces en una etapa para disfrutar de la vida, de los amigos, de la familia, de las actividades que  siempre nos gustaron pero que nunca tuvimos tiempo de realizar. Definitivamente llegar a la tercera edad es una bendición y debemos aprovechar los recursos que tenemos para ser felices.


“NO HAY PROPIAMENTE  EDAD  DE LA VEJEZ,
SE ES VIEJO, CUANDO SE COMIENZA A ACTUAR COMO VIEJO”

George Clemenceau

lunes, 6 de marzo de 2017

HIPERPATERNIDAD… UN RIESGO EN LA CRIANZA DE LOS NIÑOS?




Tal vez el concepto de hiperpaternidad suene inofensivo, pero no lo es en absoluto; por el contrario; es una tendencia extremadamente peligrosa que se ha venido llevando a cabo desde algún tiempo. Pero en realidad a que nos referimos cuando hablamos de hiperpaternidad?

Como su palabra lo indica o define es un exceso en todos los sentidos por parte de los padres  hacia sus hijos; en pocas palabras, es la “obsesión de los padres  por criar niños perfectos”. Parece que nada es suficiente a la hora de prestarles  atención en exceso a los niños y ponen sobre sus hombros demasiadas responsabilidades y exigencias para su edad; aparte de todo lo que “socialmente” deben cumplir. Expertos en el tema señalan que” la Hiperpaternidad es un fenómeno de crianza que se caracteriza por una atención excesiva a los hijos.  Los padres entienden que para ser buenos padres han de estar pendientes de sus hijos de manera excesiva” (Eva Millet, en entrevista para la revista Nueva mujer), resolviendo todos su problemas, anticipándose a ellos y haciendo las cosas en su lugar. Así que en vez de educar y criar a los niños, parece que estamos gestionándolos, impidiendo que  se enfrenten a sus propios miedos, este es uno de los grandes riesgos que se corre con este tipo de crianza pues los niños necesitan tiempo y espacio para ser niños, explorar el mundo a su manera, cometer errores y aprender de ellos. Este es el ciclo natural del aprendizaje humano, así aprenden a pensar, imaginar y a tener relaciones con sus pares y familia, así es que aprenden a tomar el gusto por las cosas, a saber que quieren ser cuando sean adultos en lugar de imponerles lo que queremos que sean.

Cuando los adultos controlan  a los niños; éstos pierden todo lo que les da satisfacción y sentido a la vida, su identidad y  su autonomía. El tiempo libre es necesario tanto como la soledad y la diversión. En lugar de llenarlos de actividades programadas, pregunte a su hijo que le gustaría hacer en su tiempo libre o indague que tipo de actividades prefieren según sus intereses y gustos propios…. ¡Déjalo vivir!

La hiperpaternidad da como resultado niños miedosos: Ten cuidado y analízate. Existe muy poca diferencia entre los padres que quieren lo mejor para sus hijos y los hiperpadres, la diferencia radica en que los hiperpadres “no permiten que su hijo se frustre, cometa errores, mientras que el padre con sentido común y normal le da armas a sus hijos para que se enfrenten a la vida, para que tenga tolerancia a la frustración, que aprendan la autonomía y sean personas, no súper personas”. Con la crianza que imparten los hiperpadres se corre el riesgo de tener hijos miedosos como anteriormente lo mencionamos ,afectando de manera psicológica a los niños pues en parte se vuelven engreídos; pues se les hace creer que son mas “especiales” que los demás niños y sufren mucho por la incongruencia que les causa el sentirse especiales pero ser incapaces de resolver problemas triviales, se ahogan en un vaso de agua a la hora de obtener soluciones y pueden hacer actividades muy elaboradas como resultado de todas sus clases y aprendizajes pero en muchos casos no se saben ni amarrar los zapatos o vestirse adecuadamente; esto es lo que les causa incongruencia y mucha confusión; generando sentimientos de inutilidad e incapacidad.  Además del miedo, las consecuencias de la hiperpaternidad se deben  tomar muy en serio. Aquellos niños a los que se les evita la responsabilidad y se les resuelve todo, en la adolescencia son susceptibles de desarrollar un sinnúmero de patologías pues se encuentran sin armas para enfrentarse al mundo.

Como padres de familia tenemos que entender que los niños necesitan tener su tiempo a solas y jugar libremente sin presiones, ni objetivos ni metas. Así que una buena manera de comenzar a permitir esto es dejarles una o dos horas al día libres para su juego o sus actividades de preferencia. Otra buena manera de comenzar a romper con este esquema de los hiperpadres es hacerle entender por medio de las actitudes para con ellos que no importa los errores que cometa, la personalidad que desarrolle o lo diferente que pueda ser con sus hermanos, lo importante es que comprenda que pese a todo esto, los padres siempre lo van a querer tal y como es  y que respetan sus diferencias individuales. 

Finalmente un consejo para los padres; rompan con el perfeccionismo. No hay niños perfectos ni hay recetas mágicas para aprender a ser padres, también se vale cometer errores. La ansiedad, el miedo a equivocarse, el estrés y las dudas son parte de la paternidad y la educación que les impartimos. Esto no significa que los niños no necesiten disciplina y firmeza o corregir sus errores; pero recuerda que todos los excesos son malos, trata de encontrar un equilibrio para no convertirte en un hiperpadre que terminara haciéndole mucho daño a su hijo. (Tomado de revista de psicología infantil, 2016)